BUEN DÍA:
Los medios fecales, tratan de ocultar lo que ocurre en México.
La movilización ciudadana en muchas ciudades del país, no salió en los "noticieros".
Si fue noticia que otros paises hubo esa protesta de CIUDADANOS INDIGNADOS.
Pero en México, "todo está tranquilo".
Ciudadanos que aún estén dormidos:
DESPIERTEN A LA REALIDAD DE UN RÉGIMEN DE GOBIERNO (Espurio y) AUTORITARIO que viola La Constitución y Las Leyes que de Ella Emanan. (Aunque protestó cumplir)
Manifiesto por una democracia real y funcional
Ante la indignación global y la ola de protestas contra la codicia empresarial que recorren el mundo, pareciera que México se mantiene al margen pero no es así.
Los medios de comunicación aliados a la derecha han cumplido su tarea de ocultan información sobre la movilización social que existe en México pero eso no significa que no exista. No existe para los medios pero sí para un sector importante de la población que se ha venido sumando al movimiento social más grande que ha existido en México. Tampoco se dan a conocer los avances de la organización ciudadana en la lucha por un cambio de régimen para lograr la transformación de la vida pública, que nos permita acabar con la corrupción, la pobreza, la injusticia y la terrible desigualdad entre los mexicanos.
El sábado pasado, en 951 ciudades de 82 naciones millones salieron a gritar su descontento. El repudio fue llevado a los sitios simbólicos del capital. Cientos de miles de manifestantes de Asia, Europa y América, con música, bailes, pancartas, cánticos, disfraces y máscaras, respondieron en las calles a la convocatoria de Unidos por un cambio global, organización surgida en las redes sociales de Internet.
Es cierto que en México millones de ciudadanos no cuentan con acceso a Internet y muchos de los que lo tienen no están interesados en la política, a eso le han apostado los malos gobiernos que hemos tenido: a la desinformación y a la ignorancia del pueblo para mantener las cosas como están. Sin embargo, ante la convocatoria del Movimiento Lópezobradorista, hoy MORENA, miles de mexicanos han podido participar en asambleas, mítines y acciones de protesta, como la ocurrida ante el intento de privatización del petróleo. Con esas acciones poco a poco se ha logrado despertar la conciencia de la gente en cada pueblo, municipio y ciudad que ha visitado Andrés Manuel López Obrador, y, lo más importante, se ha logrado mantener viva la esperanza.
Hoy somos millones los esperanzados, y también estamos indignados por la misma razón que lo están los indignados del mundo: la injusticia.
Ante la reciente propuesta de un grupo de intelectuales y políticos que buscan un “gobierno de coalición”, o sea más de lo mismo, para solucionar los graves problemas que enfrenta México, empieza a circular un Manifiesto, firmado de principio por la maestra Ifigenia Martínez, Héctor Díaz Polanco y Antonio Gershenson, cuyo fin es la búsqueda de una democracia real y funcional.
Lo transcribo íntegro para quienes deseen adherirse a él y seguir luchando por el cambio que le urge a México.
POR UNA DEMOCRACIA REAL Y FUNCIONAL
Quienes suscribimos este documento compartimos la visión de un México democrático, igualitario, soberano y justo. Por eso nos une el convencimiento de que es indispensable impulsar, ya, un cambio de fondo en la política, en la economía, en la sociedad y en la cultura.
Las discrepancias y su resolución son consustanciales en una democracia real. Con ese objetivo, precisamente, existe la división de poderes en el régimen constitucional. El Ejecutivo y el Congreso tienen su propio ámbito de acción y los acuerdos no necesariamente se dan por ley o por decreto sino por voluntad política. Sólo que para lograr acuerdos se necesita legitimidad y autoridad moral, de lo cual ha carecido el actual gobierno.
Es el voto del pueblo lo que legitima a un gobierno. Se vota a la persona pero también al programa; así que pretender sustituir el mandato de la gente por un acuerdo entre políticos, por muy reconocidos que sean, es la negación misma de la democracia.
Los males de México en los últimos años no han sido el resultado de la falta de acuerdos sino de la falta de legitimidad y de autoridad moral.
El problema no es ganar las elecciones con más o menos un determinado porcentaje, sino hacerlo legalmente, sin fraude ni trampas.
El actual gobierno no funciona porque de origen es antidemocrático.
Lo que necesitamos son gobiernos legales y legítimos, una democracia real y cambios de fondo para, con base en la Constitución y la participación ciudadana, hacer funcional la democracia.
Quienes buscamos un cambio no podemos ir en alianza o hacer un gobierno de coalición con quienes no quieren cambiar; es decir ni con el PAN ni con el PRI, que han demostrado su falta de vocación democrática y su nulo compromiso con México y con los mexicanos.
No más simulación, no más engaños.
Necesitamos abrir un nuevo camino, no más de lo mismo. Necesitamos un Proyecto de Nación que reivindique nuestro legado histórico y que sea realmente diferente a todo lo que hemos vivido en los últimos años. Necesitamos un cambio verdadero, profundo y popular, por la vía pacífica.
Ese es el Proyecto que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
Los medios de comunicación aliados a la derecha han cumplido su tarea de ocultan información sobre la movilización social que existe en México pero eso no significa que no exista. No existe para los medios pero sí para un sector importante de la población que se ha venido sumando al movimiento social más grande que ha existido en México. Tampoco se dan a conocer los avances de la organización ciudadana en la lucha por un cambio de régimen para lograr la transformación de la vida pública, que nos permita acabar con la corrupción, la pobreza, la injusticia y la terrible desigualdad entre los mexicanos.
El sábado pasado, en 951 ciudades de 82 naciones millones salieron a gritar su descontento. El repudio fue llevado a los sitios simbólicos del capital. Cientos de miles de manifestantes de Asia, Europa y América, con música, bailes, pancartas, cánticos, disfraces y máscaras, respondieron en las calles a la convocatoria de Unidos por un cambio global, organización surgida en las redes sociales de Internet.
Es cierto que en México millones de ciudadanos no cuentan con acceso a Internet y muchos de los que lo tienen no están interesados en la política, a eso le han apostado los malos gobiernos que hemos tenido: a la desinformación y a la ignorancia del pueblo para mantener las cosas como están. Sin embargo, ante la convocatoria del Movimiento Lópezobradorista, hoy MORENA, miles de mexicanos han podido participar en asambleas, mítines y acciones de protesta, como la ocurrida ante el intento de privatización del petróleo. Con esas acciones poco a poco se ha logrado despertar la conciencia de la gente en cada pueblo, municipio y ciudad que ha visitado Andrés Manuel López Obrador, y, lo más importante, se ha logrado mantener viva la esperanza.
Hoy somos millones los esperanzados, y también estamos indignados por la misma razón que lo están los indignados del mundo: la injusticia.
Ante la reciente propuesta de un grupo de intelectuales y políticos que buscan un “gobierno de coalición”, o sea más de lo mismo, para solucionar los graves problemas que enfrenta México, empieza a circular un Manifiesto, firmado de principio por la maestra Ifigenia Martínez, Héctor Díaz Polanco y Antonio Gershenson, cuyo fin es la búsqueda de una democracia real y funcional.
Lo transcribo íntegro para quienes deseen adherirse a él y seguir luchando por el cambio que le urge a México.
POR UNA DEMOCRACIA REAL Y FUNCIONAL
Quienes suscribimos este documento compartimos la visión de un México democrático, igualitario, soberano y justo. Por eso nos une el convencimiento de que es indispensable impulsar, ya, un cambio de fondo en la política, en la economía, en la sociedad y en la cultura.
Las discrepancias y su resolución son consustanciales en una democracia real. Con ese objetivo, precisamente, existe la división de poderes en el régimen constitucional. El Ejecutivo y el Congreso tienen su propio ámbito de acción y los acuerdos no necesariamente se dan por ley o por decreto sino por voluntad política. Sólo que para lograr acuerdos se necesita legitimidad y autoridad moral, de lo cual ha carecido el actual gobierno.
Es el voto del pueblo lo que legitima a un gobierno. Se vota a la persona pero también al programa; así que pretender sustituir el mandato de la gente por un acuerdo entre políticos, por muy reconocidos que sean, es la negación misma de la democracia.
Los males de México en los últimos años no han sido el resultado de la falta de acuerdos sino de la falta de legitimidad y de autoridad moral.
El problema no es ganar las elecciones con más o menos un determinado porcentaje, sino hacerlo legalmente, sin fraude ni trampas.
El actual gobierno no funciona porque de origen es antidemocrático.
Lo que necesitamos son gobiernos legales y legítimos, una democracia real y cambios de fondo para, con base en la Constitución y la participación ciudadana, hacer funcional la democracia.
Quienes buscamos un cambio no podemos ir en alianza o hacer un gobierno de coalición con quienes no quieren cambiar; es decir ni con el PAN ni con el PRI, que han demostrado su falta de vocación democrática y su nulo compromiso con México y con los mexicanos.
No más simulación, no más engaños.
Necesitamos abrir un nuevo camino, no más de lo mismo. Necesitamos un Proyecto de Nación que reivindique nuestro legado histórico y que sea realmente diferente a todo lo que hemos vivido en los últimos años. Necesitamos un cambio verdadero, profundo y popular, por la vía pacífica.
Ese es el Proyecto que encabeza Andrés Manuel López Obrador.
IFIGENIA MARTINEZ Y HERNANDEZ
DAVID CERVANTES PEREDO
HECTOR DIAZ POLANCO
RENE DRUCKER COLIN
ANTONIO GERSHENSON
JESUS GONZALEZ SCHMAL
ALBERTO MONTOYA MARTIN DEL CAMPO
PORFIRIO MUÑOZ LEDO
ELENA PONIATOWSKA
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